Pollo Norteño Kiev

Mezclamos la mantequilla con los ajos triturados (usa un prensador de ajos o machaca muy bien en el mortero), perejil muy picadito, ralladura de limón, cebollino picado fino y tomillo. Salpimentamos y colocamos la mantequilla sobre un film transparente de cocina. Lo envolvemos en el film y le damos forma de rulo. Sellamos muy bien los bordes y metemos al congelador para que se compacte. A la hora de usar la mantequilla tiene que estar congelada.
Salpimentamos las pechugas ligeramente y rociamos con unas gotas de limón. Abrimos las pechugas por el lateral con un cuchillo, como haciendo una raja para buscar hueco a nuestro relleno, pero sin separarlas en filetes. Cortamos la mantequilla en rodajas (recuerda que tiene que estar muy dura, congelada) y distribuimos trozos de mantequilla dentro de cada pechuga. Las sellamos bien con unos palillos.
Al momento (¡que no se derrita la mantequilla!) pasamos las pechugas por harina, a continuación, por los huevos batidos y salpimentados y finalmente por el pan rallado hasta que queden bien cubiertos. Las metemos un ratito (media hora bastará) al congelador para que cojan cuerpo y las freímos en abundante aceite caliente. Si son muy gruesas las puedes terminar de hacer en el horno durante 10 min a 180º. Con este proceso el interior queda bien derretido y las pechugas resultan muy jugosas.
Mezclamos la margarina con el ajo triturado, perejil picado, ralladura de limón, cebollino picado, tomillo, sal y pimienta. Colocamos en un film transparente, enrollamos para formar un cilindro y congelamos.
Pasamos las pechugas por harina, huevo batido, pan rallado. Congelamos por 30 min. Freímos por 10 min en abundante aceite.